Todos conocemos Facebook. Esa red social creada el 2004 por Mark Zuckerberg que llegó a cambiar la forma en que nos relacionamos digitalmente con otros. Fuimos testigos de sus cambios y mejoras durante años y, por eso, nos sorprendimos cuando su creador decidió cambiarle el nombre por Meta. ¿De dónde viene? De la palabra metaverso. Un concepto que, si bien no es para nada nuevo, estos últimos años ha sido objeto de miras de muchas personas y empresas interesadas en tecnología. Como vimos, del mismo Zuckerberg. Aquí te contamos qué es, en qué consiste y por qué despierta el interés de muchos.
Imagínate ir al concierto de tu banda favorita y, mientras sientes que los ves tocando a un metro de distancia tuya, estás en realidad sentad@ en el sillón de tu casa. Eso puede ocurrir gracias al metaverso.
En concreto, el metaverso es una realidad paralela digital a la cual podemos acceder a través de Internet (la experiencia puede mejorar si se usan dispositivos especiales, como anteojos o cascos virtuales). La palabra metaverso está compuesta por
Es decir, un universo que está más allá de lo que conocemos. Esta nueva realidad virtual es tridimensional (3D) y podemos interactuar con otros usuarios a través de avatares. No solo interactuamos con otras personas, sino que podemos acceder a distintos escenarios, darle uso a objetos, acceder a servicios virtuales, etc. El metaverso no es una tecnología específica, apunta a algo mucho más grande: es un nuevo modelo que viene a cambiar la forma en que los humanos interactúan entre sí.
Como bien sabes, cuando navegas por Internet interactúas a través de la pantalla de tu computador o celular. Estás en tu casa, en la oficina, o donde sea, pero mirando la pantalla. Puede ser desde cualquier lugar y en cualquier momento. Con el metaverso, el límite que te da la pantalla desaparece. Te inmersas en una realidad sin tener esa pantalla de por medio. Somos capaces de tocar y mover objetos.
Puedes acceder al metaverso a través del computador y vivirlo desde ahí. Sin embargo, los anteojos o cascos virtuales te ayudarán a tener una experiencia aún más real. El tema, a fin de cuentas, es qué es lo que viene a cambiar el metaverso: la interacción virtual sin límites ni intermediarios. Y esto es gracias a la tercera generación de Internet llamada la web 3.0.
¿Qué es la web 3.0? Para entenderlo mejor, primero te explicamos qué es la web 1.0 y la web 2.0. La primera es la generación de Internet que se basó en hipertextos, links y enlaces. La segunda, es la generación de Internet que se basó en la interacción entre usuarios, como las redes sociales. Y la tercera, la web 3.0, se basa en la creación e intercambio de activos digitales utilizando la tecnología blockchain (esta la explicamos con detalle en este artículo). Y es esto último lo que permite que el metaverso sea un sistema descentralizado, donde los usuarios sean los dueños de sus propios datos.
El metaverso sigue existiendo y funcionando aunque no estemos conectados a él. Esto le da la característica de autónomo, pues no depende del usuario ni del tiempo en el que este esté interactuando en el metaverso. Las dinámicas dentro de la realidad virtual siguen funcionando.
Tal como dijimos antes, el metaverso es un espacio virtual tridimensional. Se eliminan todo tipo de barreras físicas, es un espacio infinito, en el cual no hay límites en cuanto a cantidad de personas que pueden utilizarlo o qué tipo de actividades se pueden realizar.
Como hemos explicado, el metaverso es un ecosistema en el cual las personas interactúan entre sí (mediante avatares) y con el propio universo virtual.
Si bien muchas empresas están recién incursionando en el metaverso, algunas ya han lanzado plataformas de realidad virtual en áreas tales como:
Para que te des cuenta de la importancia que se le está dando al metaverso, se estima que para el año 2019 el valor de ese mercado alcance los 1,5 billones de dólares. Muchas empresas como Meta (ex Facebook) y Microsoft están apostando por el metaverso y el desarrollo de esta tecnología, ya sea invirtiendo en empresas tecnológicas que se dedican al desarrollo del metaverso, así como desarrollando ellos mismos nuevos servicios dentro de la realidad virtual. Es una interesante oportunidad de negocio para muchas empresas, donde se configuraría un nuevo sistema financiero basado en blockchain y criptomonedas que simulan el mundo físico.
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